UNA MIRADA AL VOTO CON “RETROVISOR”
Opinión: Ángel Sánchez
A la altura de campaña electoral que estamos, es posible que el amable lector o lectora que tiene la deferencia de echar un vistazo a éste texto ya tenga decidido su voto. Por haber votado siempre al mismo partido, por los candidatos o candidatas, incluso (aunque es menos probable) por el programa electoral. Los motivos son múltiples.
La información que se genera en una campaña electoral es una herramienta que podemos adoptar para tomar nuestra decisión de votar. La cuestión es que, pese a la cantidad de información disponible, la que consumimos, la buscamos, la seleccionamos para que ésta no nos produzca malestar o contradicciones entre nuestros sentimientos y la “cruda” realidad que percibimos en nuestra realidad cotidiana. Pero las elecciones municipales se producen en un contexto ideal para la asignación de responsabilidades: la proximidad. Podemos comprobar directamente la actividad política y su producto: las políticas, del tipo que sean (mantenimiento de las calles, seguridad, ocio, educación, sanidad, etc.). Y ésta ventaja, igualmente nos permitiría, teóricamente, y a través de la información, evaluar el cometido de los políticos a los que votamos a la vez que valoramos a los que se presentan en función de su carácter o sus propuestas. Esta evaluación “con retrovisor”, complementada con unas ciertas luces largas hacia el futuro a medio plazo, propiciaría la posibilidad de construir una decisión electoral, hipotéticamente más ecuánime y ajustada a esa proximidad de lo cotidiano. Pero, ¿esto sucede?. En mi opinión, no: nos guiamos habitualmente por preferencias, simpatías y en ocasiones, rechazos, más que por argumentos. Y, ¿esto es bueno o malo?. Pues ni una cosa ni la otra: simplemente es así. Nuestra afinidad hacia un partido o un candidato nos condiciona para evaluar y asignar responsabilidades.
Evaluar al gobierno de coalición saliente, y así dotarnos de argumentos que nos den la capacidad de valorar requiere por nuestra parte de un mínimo análisis del papel que cada cual ha jugado a lo largo de los cuatro años, el nivel de cumplimiento de sus programas, o el desempeño en sus responsabilidades. Por ejemplo, las preguntas que podríamos realizarnos serian del tipo de : ¿quién tiene la responsabilidad de la situación de bloqueo administrativo que está impidiendo normalizar servicios tan esenciales como la limpieza, la recogida de residuos, el suministro de materiales para el mantenimiento de las vías públicas, la dilación en cuestiones tan simples como el empadronamiento?. Para encontrar una posible respuesta, deberíamos valorar no sólo el cargo que se ha ocupado sino las competencias asociadas a éste. No es lo mismo un concejal o concejala delegado que haber desempeñado el cargo de Alcalde, con las amplias competencias que la legislación le confiere, como por ejemplo, el de nombrar y separar a los concejales delegados o presentar el presupuesto municipal al Pleno.
El otro nivel del “retrovisor” propiciaría más preguntas, del tipo de: ¿qué papel han jugado los grupos de la oposición, que han aportado, cual ha sido su actividad, o si nos hemos sentido representados o no?. A éste respecto, la publicación en el medio digital Alicante plaza, de un estudio sobre la actuación institucional de los diferentes grupos nos podría dar una perspectiva complementaria para, de alguna manera, evaluar a los grupos que han tenido representación en el mandato que finaliza (El Campello ‘mete’ 1.013 registros en cuatro años. ¿Qué grupos políticos presentan más escritos? – Alicante plaza).
De antemano, una evidencia: el retrovisor no ha sido hasta ahora un elemento relevante para decidir nuestro voto en función del rendimiento del gobierno saliente (en 2019, el gobierno presidido por Compromis tampoco sufrió castigo en las urnas, pese a no haber sido capaz el Alcalde de éste partido de presentar un presupuesto municipal durante los cuatro años que disfrutó de su mandato: en 2015 obtuvo el 12,4% del voto válido, perdiendo únicamente dos décimas en 2019), y esto ha propiciado un cierto acomodamiento de los grupos y candidatos que han tenido responsabilidades de gobierno. Por otro lado la evaluación de los grupos que no han tenido responsabilidades de gobierno es algo más compleja ya que hasta ahora no se había dispuesto de datos sobre el particular, pero el informe elaborado por Esquerra Unida y no rebatido ni contradicho por ningún otro grupo, nos ofrece un marco analítico basado en los datos sobre la actividad institucional de los representantes de la oposición. Mi sugerencia es que todos y todas los que tengan un mínimo interés en mejorar su información, o como mínimo contrastarla, eche un vistazo a los datos que figuran en los cuadros de datos que en el trabajo se incluyen (al final del texto). Evidentemente, en los datos publicados no figuran dos candidaturas. Por un lado la liderada por Paco Toni (Per El Campello) que se presenta por primera vez y que habría que evaluar por su candidato, su candidatura y su programa, y el liderado por la ex concejala de Vox, que fue socia privilegiada (personal asesor y retribuciones) sin haber gestionado ningún área municipal.
Los datos propuestos son una potencial herramienta de análisis que podrían producir unas ciertas disonancias entre lo que uno o una cree que su partido o candidato “preferido” ha hecho y lo que realmente ha ocurrido. Y ésta posible disonancia, si la transferimos al voto retrospectivo (al retrovisor) podría tener alguna influencia negativa en el apoyo a la candidatura local de ese candidato o partido al que se iba a apoyar provocando, en su caso, una posible dualidad electoral (que resolvería, en cierta manera, las posibles contradicciones entre las preferencias y la realidad contrastada) concretada en un voto diferente en las municipales respecto a autonómicas, algo que si observamos los datos, se ha venido produciendo con más asiduidad de lo que podríamos pensar, normalmente en el marco del mismo sector ideológico.
Para finalizar, adjunto a título informativo lo datos retrospectivos a los que me he referido, donde la actividad de los grupos con representación se cuantifica por apartados (solicitudes al gobierno, mociones, enmiendas, información, etc ) la actividad institucional de los grupos políticos de la oposición.