Precampaña y Campaña Electoral
Opinión: Ángel Sánchez
Por lógica, la totalidad de candidatos y candidatas estarán pensando en la mejor estrategia para “vender” a la ciudadanía (convertida en electorado el 28 de mayo) su proyecto personal y de partido. Porque aunque nos empeñemos en resaltar el papel central de los y las candidatos y candidatas en el proceso de elección, los partidos y el simbolismo que para una parte de la ciudadanía todavía tiene ese referente emocional, es muy relevante a la hora de decidir a quién votar y a quien no.
Desde que Quinto Tulio Cicerón escribiese su Breviario de campaña electoral en el siglo I a.c., ha pasado mucho tiempo, pero ésta epístola dirigida a su hermano Marco Tulio, sigue enormemente vigente (ésta considerada como el primer manual sobre campañas electorales). Los consejos que en ella se recogen resumen los objetivos, con veintiún siglos de distancia, de la comunicación política: conseguir la adhesión a una causa política, representada por un candidato, de los votantes.
Las campañas electorales han cambiado mucho. La transformación que se ha producido en la forma en que tenemos de comunicarnos, de trabajar, de relacionarnos también ha variado la forma en la que los candidatos y candidatas se comunican con la ciudadanía. Algunos siguen pensando que la revolución tecnológica es el “mismo martillo” para seguir “clavando los clavos de la misma manera”, pero nada más lejos de la realidad. La sociedad consume información principalmente a través de los grandes medios de comunicación de masas, sus plataformas tecnológicas y en las redes sociales, que han inundado el mercado electoral y político con mensajes de todo tipo, ofreciendo a la ciudadanía una herramienta desde donde poder construir su identidad electoral y, por supuesto, identificar a los “contrarios”. Y en ese contexto, vemos por ejemplo que algunos de los candidatos ya designados inician su andadura en busca, principalmente, de construir un mensaje que cumpla con los tres requisitos que cualquier campaña que se precie persigue: de activación del electorado indeciso, el refuerzo de los que ya votaron por el candidato o el partido e intentar convertir a votantes de otras candidaturas en propios.
Realmente los y las candidatos y candidatas locales lo tienen complicado, si su pretensión es hacer llegar un mensaje en exclusiva clave local, pues el efecto de la cacofonía política nacional tiene una directa incidencia en la concreción de las preferencias electorales. Así, los partidos políticos de ámbito estatal consideran que las elecciones del próximo 28 de mayo, si son algo, es principalmente unas primarias de cara a las generales del mes de diciembre. Por lo que votar a una opción local u otra no se hará pensando, ni en el candidato ni en el programa, sino en la marca electoral y su significado. Evidentemente esta generalización tiene sus salvedades: los colegios electorales céntricos, donde el electorado conoce o tiene una referencia cercana del candidato o candidata que se presenta.
En definitiva, la campaña en la que ya estamos inmersos (y que se inició hace meses con la expulsión de Ciudadanos y ruptura del gobierno de coalición de investidura de 2019), va a suponer un nuevo reto para el municipalismo: o elegir, a conciencia, unos representantes que conformen un gobierno municipal para desarrollar un paquete de políticas públicas, o votar a un partido por el simple hecho de las siglas y con referencias, no al proyecto estrictamente local, sino a cuestiones que trascienden al municipio y afectan a la política partidista nacional.
Personalmente mi interés es, en el contexto de unas elecciones municipales, intentar analizar los discursos y propuestas de las diferentes candidaturas atendiendo a tres cuestiones: el candidato o candidata ( pues no olvidemos que, pese a votar una lista cerrada y bloqueada, solo el candidato o candidata que encabeza la lista opta a la Alcaldía en la investidura de junio), el análisis retrospectivo de lo hecho (balance y responsabilidades) y prospectivo de las propuestas que se planteen (viabilidad política e institucional principalmente). Esto, que no es un ejercicio sencillo, lo desarrollaré a través de diferentes reflexiones publicadas, tanto en el blog que mantengo hace años (pasionporlapoliticamunicipal.blogspot.com) como en los medios que tan amablemente me ofrecen la posibilidad de llegar a un mayor número de vecinos y vecinas.
Para terminar, simplemente avanzar que el contenido de la siguiente reflexión que publicaré girará en torno a las elecciones y su producto principal: los gobiernos municipales.