POLÍTICAS Y POLÍTICA
Opinión: Ángel Sánchez
Efectivamente, en parte la política (como bien dice Eduardo Seva en su artículo de opinión publicado en Som El Campello, es la ciencia del gobierno y la organización de las sociedades. Entiendo y comparto que para el autor, como político en activo, la definición más apropiada sea esa, aunque yo me decanto por añadir, de forma complementaria, la práctica analítica (descriptiva pero también prescriptiva porque, como ciudadano participante, no puedo inhibirme) sobre hechos, comportamientos, decisiones, etc. No obstante, tengo que decir antes de continuar, que igualmente comparto el agrio (y triste) sentimiento de frustración que el autor expresa, porque personalmente lo sentí y lo siento, tanto en el período en el que ejercí cargos públicos como hoy como ciudadano y seguidor crítico de la actividad política local.
La sensación de que existe un “circulo” a modo de “core” que “ha confiado, confía y confiará” en la opción política que hoy gobierna la administración municipal, efectivamente, se podría sustentar en datos en sus dos primeras consideraciones. Si miramos hacia los datos electorales que se han venido produciendo en nuestro municipio desde el año 1995 podremos observar que el porcentaje de apoyo en las urnas al PP no bajó del 30% hasta 2015. La aparición en la escena municipal de Ciudadanos le redujo un 14,7% del voto a un partido que venía gobernando con una cierta comodidad desde 1995 (Ciudadanos obtiene en 2015 el 13,6 de los votos). Pero si nos fijamos con mayor detenimiento en los resultados desagregados por colegios electorales, vemos que el apoyo, en lo que creo que el Concejal Eduardo Seva denomina “core”, no se ha reducido de forma relevante, produciéndose las mayores pérdidas electorales en la periferia (más propensas a un voto partidario y no tan personalizado) manteniéndose bastante estable en los colegios más céntricos. Pero a la posible indolencia del electorado conservador (en su caso, por su actitud de no evaluar objetivamente el rendimiento del gobierno de “los suyos”) habría que sumar la indolencia provocada en gran medida por la incapacidad de los partidos progresistas para presentar una alternativa municipal plural que pueda ilusionar al electorado.
En 2015 accede al poder municipal una coalición que, pese a sumar mayoría en la investidura, no es capaz de constituir un gobierno estable, perdiéndose en cuitas y ambiciones personales, prefiriendo mantenerse en el gobierno en minoría (únicamente gracias a la aritmética plenaria que impedía un acuerdo alternativo) a presentar políticas coherentes con su autodefinición (gobierno del cambio, de progreso, etc): no tuvieron la capacidad de presentar un presupuesto municipal (eje económico de la acción política) a lo largo del mandato. En 2019, únicamente Esquerra Unida y Podemos sufren la pérdida de votos, comprensible quizá más a causa de la fractura electoral que como sanción del electorado por el mandato finalizado. Compromis (que ostentó la máxima responsabilidad municipal todo el mandato) sólo pierde un centenar de votos y el PSOE mejora su resultado (igualmente un centenar de votos) respecto a 2015 y, pese a perder la posibilidad de formar gobierno, no se produce proceso de reflexión, autocrítica o rectificación.
Sobre que el electorado “confiará”, creo que está por ver, pues el evidente empeoramiento en los servicios más esenciales prestados por la administración local ha provocado algo inédito en nuestro pueblo: la emergencia de un potente y beligerante movimiento ciudadano de contestación social que quizá incida en la percepción crítica de una parte del electorado. Igualmente, tampoco hay que desdeñar que la ciudadanía valore negativamente el procesamiento del candidato popular por prevaricación administrativa, un “pecado” que podría considerarse menor, pero que quizá cuestiona la gestión municipal del actual gobierno.
La situación de deterioro institucional, la acumulación de graves problemas en aspectos sensibles para la vida cotidiana, unido a la falta de un claro liderazgo político, quizá podría llevar a muchos y muchas convecinas a considerar que no vale la pena acudir a las urnas, y que, en caso de hacerlo, se votará en clave estatal (dada la proximidad de las elecciones Generales) renunciando explícita y tristemente a lo verdaderamente sustancial de la democracia municipal: la capacidad de elegir un proyecto político local.
Si los partidos y candidaturas locales no se esfuerzan por intentar equilibrar de forma urgente la confrontación del relato electoral estatal y local; si siguen esperando para presentar sus propuestas y sus posibles futuros compromisos de gobierno; si no se presentan con un balance crítico y autocrítico ante la ciudadanía, se corre el riesgo que la indolencia se convierta en endémica y la impresión del electorado que decida ir a votar el próximo 28 de mayo sea, efectivamente, lo que Eduardo Seva comenta agriamente en su artículo :bueno, total “así estamos mejor” ,o la situación es la menos mala de las posibles.
Para finalizar, simplemente reconocerle al Concejal de Red, el señor Eduardo Seva, el trabajo a lo largo del presente mandato por su empeño en intentar hacer reflexionar a la ciudadanía sobre la política municipal como un ejercicio cordial y sensato (en la discrepancia) en pos del bien de la comunidad. Simplemente gracias, y como finalizaba su despedida el periodista Edwar R. Murrow en la película de George Clooney,¡ buena suerte!