EL ESTADO DE NUESTRO PUEBLO.
Opinión: Ángel Sánchez
La solicitud, planteada a modo de ruego al Alcalde de El Campello, sobre la convocatoria de una sesión extraordinaria del Pleno para debatir sobre la situación del municipio es, además de una propuesta muy interesante, un gesto hacia el diálogo. Y lo es, porque pese a que la legislación permite que con los votos ( firmas) de la oposición se “fuerce” la convocatoria, el grupo proponente (Esquerra Unida-Podem) no ha optado por la vía de la “cuarta parte”, dejando al Alcalde sobre la mesa concretar o no la voluntad de dialogo. Por lo tanto una primera podría ser, ¿convocará el Alcalde (que es quién tiene la potestad de hacerlo) la sesión solicitada o deberá la oposición reunir las firmas requeridas en la legislación para “obligar” a su convocatoria?.
Por aclarar, el artículo 46.2.a de la Ley 7/1985 dice:
“ (…) el Pleno celebrará sesión extraordinaria cuando así lo decida el Presidente o lo solicite la cuarta parte, al menos, del número legal de miembros de la Corporación, sin que ningún concejal pueda solicitar más de tres anualmente. En este último caso, la celebración no podrá demorarse más de quince días hábiles desde que fuera solicitada (…).
En la actual tesitura pueden ocurrir dos cosas: que el Alcalde lo acuerde y consensúe con la totalidad de grupos municipales con representación la convocatoria del Pleno, con un contenido igualmente consensuado, o que la oposición presente la solicitud para obligar la convocatoria. Personalmente prefiero la primera opción pues significaría que el diálogo exigido por la ciudadanía en las urnas es asumido por el gobierno como un verdadero mandato.
En el contexto municipal actual la necesidad del diálogo viene impuesta por el fraccionamiento extremo de la representación política. Únicamente la suma de PP y la extrema derecha suman, lo que se denomina en la teoría coalicional, una “coalición mínima” y, por lo tanto, más “fácil”, al darse entre sólo dos actores. Si PP y la extrema derecha no se ponen de acuerdo, la necesidad de incorporar a un tercer actor, haría algo más complejos los posibles acuerdos, aunque también más plurales y, por lo tanto, compartidos y, porque no, más democráticos. Esto, evidentemente no se produciría si la oposición, negada la convocatoria por el Alcalde, se acoge a la ley en cuanto a la solicitud del Pleno, aunque en mi opinión, esta última situación, insisto, no sería la deseable aunque si la más probable, a menos que el Presidente del consistorio tome la decisión de convocarlo y acordar su contenido.
La solicitud del grupo que propone la celebración de lo que sería el primer Pleno sobre el estado del municipio, incluye temas que son claramente de interés general y sobre los que hay muchas dudas en la ciudadanía, dada la dilación en la gestión que se viene produciendo: nuevo cementerio, plan Edificant en educación, piscina municipal, contratos varios (limpieza edificios, recogida residuos y limpieza viaria), la situación de la calle San Ramón, etc. Todos son temas muy importante e interesantes, que están pendientes de decisiones municipales y de los que poco o nada sabemos. De lo que creo que si es consciente una gran parte de la sociedad campellera es de los problemas evidentes de mantenimiento viario, deficiencias en los edificios municipales, bloqueo administrativo de departamentos como el de padrón, etc. Por lo tanto, sería muy saludable para la democracia municipal y un refuerzo en la legitimidad social de nuestra institución, que se hablase abiertamente de la situación que atraviesa nuestro municipio y, desde las posiciones de cada actor político, poder visualizar los posibles acuerdos o vías de mejora.
El último asunto que propone la solicitud es debatir sobre el presupuesto municipal.
La situación presupuestaria se ha ido capeando mediante modificaciones presupuestarias presentadas como “inevitables” y aceptadas por la oposición como un “trágala” por incluirse asuntos que deberían haber figurado en los presupuestos anuales. Y creo que deberíamos considerar que los presupuestos anuales no son un mero documento económico sino un plan político del año, en el que el gobierno expresa sus objetivos políticos en los diferentes departamentos: incrementa o reduce presupuestos respecto a servicios o programas, por lo que la relevancia de éste documento es fundamental en la vida política y administrativa. Hablar, por lo tanto, en esa sesión plenaria de control , de las prioridades en políticas cotidianas es un asunto que nos debería interesar a todos y todas. Igualmente creo que a los asuntos enumerados se deberían sumar otros tan importantes, como la situación del urbanismo, la planificación de inversiones para el uso de los sucesivos remanentes de tesorería o de la política de personal, la vivienda pública y otros que, igualmente nos afectan y afectarán a medio plazo a todos y todas.
Creo que esa sesión plenaria, si discurre verdaderamente por los deseable cauces de dialogo y no es convocada por imposición legal ( siempre que el Alcalde lo acepte y asuma), nos aportaría una visión más clara y exacta de cuáles son los objetivos de cada cual pero, de forma importante, cuales los del gobierno municipal en cuanto a políticas y preferencias de diálogo, porque en definitiva es de quien depende la gestión cotidiana del bienestar (o no) de los vecinos y vecinas de El Campello.