Ángel Sánchez

No aprender de nuestra historia tiene consecuencias.

Opinión: Ángel Sánchez

| Radio El Campello

No aprender de nuestra historia tiene consecuencias.
Opinión: Ángel Sánchez

La historia, tantas veces invocada como maestra de vida, parece condenada a ser ignorada por quienes más deberían aprender de ella. Cada generación proclama haber descubierto la clave de su tiempo, pero en el fondo reproduce viejos errores con nuevas formas. La terquedad colectiva, y principalmente de los dirigentes políticos, neciamente cortoplacistas, nos empuja a repetir ciclos de crisis, injusticias y fracturas que ya estaban escritos en los manuales del pasado.

Me he puesto a la tarea de redactar dos reflexiones sobre situaciones vividas y repetidas, en concreto vividas en la segunda república y replicadas en gran medida en nuestros días. Estos dos artículos nacen de una misma preocupación: la incapacidad de nuestras sociedades para escuchar las lecciones que la historia nos ofrece. El primero se centra en la intervención del poder judicial en la política, un fenómeno contemporáneo que adopta la forma de lawfare, donde la justicia se convierte en instrumento de combate partidista y erosiona la legitimidad democrática. El segundo aborda la división de los partidos progresistas, tomando como referencia lo ocurrido en 1933, cuando la fragmentación de la izquierda abrió el camino a la extrema derecha de la mano de los republicanos radicales de Lerroux.

Ambos artículos tienen el humilde objetivo instar a una reflexión: ¿qué nos impide aprender de las advertencias del pasado, y qué precio estamos dispuestos a pagar por esta ceguera?.

Evidentemente los contextos son diferentes, pero también, en muchos aspectos son preocupantemente similares: una transición tutelada por los poderes del franquismo que no ha sido capaz, una vez superado el “ruido de sables”, de tomar decisiones sobre un poder fundamental en nuestro estado constitucional de derecho, y el narcisismo exasperante en las organizaciones políticas de izquierdas que parece, si nada o nadie lo remedia, abocarnos a un gobierno donde los neofascistas jugaran (como ya lo hacen en los gobiernos autonómicos) un papel determinante en la involución de libertades colectivas y derechos, fundamentalmente sociales y económicos.

El primer artículo lo titulo Ruido de Togas, y el segundo La División de la izquierda. Creo que tanto el primero como el segundo tienen, históricamente una clara conexión con nuestra realidad, por lo que espero que sea de vuestro interés echarles un vistazo.

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