Ángel Sánchez

LA ENÉSIMA CRISIS DEL PSOE

Opinión: Ángel Sánchez

| Radio El Campello

LA ENÉSIMA CRISIS DEL PSOE
Opinión: Ángel Sánchez

Antes de que se publicase en los medios de comunicación, alguna noticia rondaba por ahí. Como todos sabéis, soy afiliado al PSOE, sí, pero en la estructura federal por decisión personal. En su momento, cansado de refriegas internas, de una organización cuya única movilización consistía en la convocatoria de asambleas para la elección de cargos sin dejar espacio para el debate sobre políticas, sin información y perdiendo una y otra vez la oportunidad de recuperar mínimamente el pulso político local perdido hace ya demasiados años, tomé la determinación de mantener mi afiliación pero sólo en el ámbito federal ( afiliación directa) inhibiéndome voluntariamente de la, por otro lado, inexistente política local de mi partido.

La verdad es que no me sorprende que hayamos llegado hasta éste enésimo punto de inflexión. La trayectoria de la agrupación municipal desde 2019 ha sido errática, tanto en lo organizativo como en lo político. Pero la responsabilidad no es únicamente del secretario general, pues hay que recordar, que éste fue elegido con más del 54% del voto de los y las afiliados y afiliadas. Por lo tanto, algo de responsabilidad tenemos todos y todas, principalmente quienes reeligieron una dirección ( no solo al secretario general, sino a la dirección hoy dimisionaria) que se había mostrado incapaz de recuperar una agrupación en caída libre, no desde 2019, sino bastante antes.

Ahora, de nuevo, la cuestión debería ser, no sólo elegir una nueva dirección orgánica, sino que ésta tuviese un contenido político, una estrategia para intentar recuperar, en lo posible, la confianza de la ciudadanía campellera. La misión de la gestora que asumirá las riendas de la agrupación es sencilla: gestionar, de la forma más eficiente y rápida el proceso para que la Agrupación elija una nueva dirección depurando el censo de militantes que tanta polémica suscitó en los procesos anteriores. Pero quien la mayor responsabilidad es de la afiliación, que tiene en sus manos reeditar y prolongar esa división irreconciliable o dar un golpe de timón y acordar una dirección con la que todos y todas se sientan relativamente cómodos. Una dirección que sea transparente y participativa, que incentive y promueva el debate más horizontal posible, abriéndolo a una sociedad que ve al partido socialista como una organización ensimismada únicamente en la lucha por el poder y los cargos.

Es cierto que la elección de secretario o secretaria local está supeditada a la reglamentación estatutaria, pero humildemente creo que, cumpliendo escrupulosamente las normas, quienes opten al cargo deberían cumplir dos requisitos que podríamos considerar políticos y no solo orgánicos. El primero, una cesión respecto a la rigidez sobre la mayoría en la elección, tanto de la secretaría general como de la comisión ejecutiva, dando entrada a todos los sectores que pudieran existir en la organización local. El segundo, acompañar su candidatura de una mínima propuesta política y estratégica sobre la línea política a seguir. En mi modesta opinión, si ésto no se produce, si únicamente se cumple la normativa interna sin dar esos contenidos inclusivos y políticos a la nueva dirección local, la crisis se volverá a cerrar en falso y un partido que ha sido clave para el progreso local seguirá en la irrelevancia.

En el PSOE de El Campello el análisis y el debate interno fueron sustituidos hace demasiado tiempo por la imposición de los votos en un (en mi opinión) ejercicio irresponsable que ralla lo que ya denunció Jhon Stuart Mill como “dictadura de la mayoría” (en su libro Sobre la Libertad de 1859: La tiranía de la mayoría es una debilidad del gobierno mayoritario en el que la únicamente suma mínima, persiguiendo sus objetivos, excluye a la minoría, produciendo una opresión despótica). Y esta dinámica, pese a ser normativamente correcta, no se corresponde con las exigencias democráticas de una sociedad cada día más diversa y plural que pide ser escuchada y tenida en cuenta más allá de las campañas electorales. Y como primera línea de esa sociedad, en la organización, están los y las afiliados y afiliadas.

Creo que este es el enésimo momento, la enésima oportunidad para “coser” un partido dividido y enfrentado, que vuelva a recuperar la verdadera prioridad, que no es otra que articular un proyecto en el que la mayoría de la sociedad campellera pueda verse representada. Quien sea el secretario o secretaria tendrá esa responsabilidad: abrir el partido a la sociedad empezando por recuperar el capital político de una militancia activa, crítica y constructiva, pues esa es la primera imagen que percibe, para bien o para mal, la sociedad a la que decimos querer representar.

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