L’Avanç sorprende con un concierto de pasodobles taurinos con una puesta en escena que se recordará por mucho tiempo en El Campello
Doce, fueron doce, las piezas con las que lidiaron ayer en el Ágora de la Casa de Cultura de El Campello los y las integrantes de la Asociación Musical L’Avanç, en un concierto muy especial integrado en la programación “Música als pobles” que promociona la Diputación de Alicante.
En esta ocasión, se trataba de un concierto dedicado con exclusividad a los pasodobles taurinos. Y como de tauromaquia iba la cosa, la banda ideó una puesta en escena que gustó tanto que el público acabó blandiendo pañuelos pidiendo las orejas para los protagonistas de la tarde, al principio algo calurosa, pero al poco de iniciarse el concierto fresca e idónea para disfrutar de la música.
La cosa prometía desde el principio, cuando una potente voz en off en perfecta sintonía con la del mítico Matías Prats anunció el “cartel” de la tarde, integrado por los pasodobles “El gato montés” (de Manuel Penella), “La entrada” (Quintín Esquembre), “Churumbelerías” (Emilio Cebrián Ruiz), “Agüero” (José Franco y Ribate), “Gallito” (Santiago Lope Gonzálo), “Ragón Faléz” (Emilio Cebrán), “Tercio de quites” (Rafael Tales), “Manolete” (Pedro Orozco), “La Giralda” (Eduardo López Juarranz), “La puerta grande” (Elvira Checa), “Nerva” (Manuel Rojas Tirado), y “España Cañí”, de Pascual Marquina Narro, con el que la banda tuvo que hacer doblete a solicitud del público.
Con todo (la interpretación estuvo perfecta), lo destacable fue la puesta en escena. Con los músicos ya dispuestos, hizo aparición en el Ágora el maestro de ceremonias “Teclaíto”, que no era otro que el director de la banda, Luis Seguí, que realizó el paseíllo con capote incluido, algo que arrancó una sonrisa a todos, y no pocos aplausos.
Y como de espectáculo taurino se trataba, el maestro pidió la “venia” al alcalde del municipio, Juanjo Berenguer, que se la concedió entre aplausos dado que los asistentes estaban ya deseosos de escuchar un concierto que, como dijo el presentador, prometía “hacer vibrar a los tendidos de sol y sombra del coso cultural”.
Con lleno “hasta la bandera”, no sin previamente desear aquello de “y que Dios reparta suerte”, el concierto resultó tan espectacular como diferente, y hasta el final mismo, protagonizado por el joven integrante de la banda Jesús Díaz-Hellín García, que además de tocar el trombón es novillero, que se marcó unos pasos con el capote para delirio de la concurrencia, entre la que estaban el alcalde, Juanjo Berenguer, la concejala de Cultura Dorian Gomis, y los también ediles Maricarmen Alemañ y Paco Toni Palomares.