Ángel Sánchez
Opinión: ¿GESTOS O POLÍTICAS?
En la ultima sesión plenaria se aprobó ( como muchos y muchas habrán podido comprobar, gracias a la publicidad que se le ha dado) crear una partida para hacer “realidad” el parque “El Poblet. Se encomienda la creación de la partida a los inciertos presupuestos municipales para 2022. Pero, el apoyo de todas las formaciones políticas con representación, no supone que esa propuesta vea la luz.
La propuesta, a diferencia ( por ejemplo) de la presentada por Compromís y aprobada por mayoría sobre la defensa de los cítricos valenciano, requerirá una tramitación política y administrativa. La de los cítricos, en todo caso, un correo electrónico transcribiendo el acuerdo, dirigido a las instituciones pertinentes. Entre una y otra, está la voluntad de quien o quienes tienen que concretar las propuestas plenarias que presenta la oposición en realidades, o lo que es lo mismo: en políticas.
Solo por recordar otra propuesta que sigue viviendo el “sueño de los justos”: la transformación de las instalaciones actualmente destinadas a almacén municipal y aulas multiusos para actividades deportivas (uso incomprensible, teniendo en cuenta la disponibilidad que existe de unas instalaciones más dignas y adecuadas, por ejemplo, en el recinto de la piscina municipal) en un Casal de Asociaciones. La propuesta fue aprobada en sesión plenaria, pero como ha dicho el Sr. Alcalde en múltiples ocasiones, la potestad de su desarrollo le corresponde a el como máximo responsable político y administrativo municipal.
Insisto en la dicotomía política y administrativa, porque es la clave para entender que lo que aprueba el pleno en forma de moción, está siempre supeditada al interés y la voluntad política de quien ocupa el sillón de la Alcaldía. Su transformación en una propuesta viable requiere de ese interés en forma de informes de las diferentes áreas municipales ( intervención, secretaría, contratación, etc) y una propuesta suficientemente tramitada, de nuevo al Pleno Municipal. Por lo tanto, la publicidad en torno a la aprobación de la iniciativa presentada por el Concejal de Podem es y será papel mojado hasta que el gobierno no acuerde su desarrollo. Eso si: sirve para dar prestigio, tanto al proponente como a los que apoyaron la propuesta de cara a la ciudadanía, principalmente la de la zona en cuestión, algo que quizá tenga un rendimiento electoral para alguien, pero no en materia de políticas que la ciudadanía pueda disfrutar.
Pese a la inexistencia de un Reglamento de organización y funcionamiento que regule la presentación de mociones al Pleno, la legislación vigente es la que manda. Y mientras el Reglamento no sea una realidad, la ley que establece el funcionamiento de los Plenos ordinarios es el Real Decreto 2568/1986, de 28 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales. Y las mociones que presentan los grupos políticos entran en el orden del día de las sesiones ordinarias más por una tradición instituida que por una obligación administrativa, por lo que ésto podría variar en cualquier momento en función de las competencias a las que antes me refería de la Alcaldía en ejercicio de la presidencia del Pleno. Y me parece una buena tradición porque favorece la visibilidad de los grupos de la oposición más allá de la fiscalización de la acción de gobierno. Favorece que los grupos políticos puedan plantear a debate cuestiones relacionadas, o con cuestiones de interés local o con asuntos en los que la agrupación política tenga un interés especial. No obstante, creo que la tradición instituida debería tener, más pronto que tarde, un reflejo en un texto que regulase el funcionamiento de los órganos municipales y otros asuntos como, por ejemplo, las retribuciones establecidas para miembros del gobierno y oposición, personal de apoyo, etc, que habitualmente se deja para debatir en cada inicio de mandato.
Creo que ya venía siendo el momento de concretar algunas cuestiones que en estos momentos se dejan, o al albur de la interpretación del Sr. Alcalde o al mandato de la tradición instituida.
Siempre es “emocionante”, fundamentalmente para el grupo proponente, incluir en su currículum los “logros”, pero si estos solo son discurso y no se concretan en políticas, el resultado sigue siendo el mismo: sólo una cierta visibilidad, y además temporal.