Cultura

El ‘Año Altamira’ concita el interés del Instituto Cervantes

se suma a la programación con actos en Madrid

| Radio El Campello

El ‘Año Altamira’ programado por el Ayuntamiento de El Campello concita el interés del Instituto Cervantes, que se suma a la programación con actos en Madrid

El ‘Año Altamira’ que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de El Campello para programar actividades académicas, culturales, educativas y de todo tipo en este año 2025 y durante el ejercicio 2026, está concitando el interés de las más altas instituciones públicas y privadas del país, que tras conocer el proyecto no dudan en sumarse a la lista de colaboradores que crece semana tras semana con el objetivo de organizar eventos en Alicante, Madrid, otras capitales españolas y, si todo fructifica como espera el alcalde Juanjo Berenguer, también fuera de nuestras fronteras.

Tras conseguir la repatriación de los restos mortales del humanista, jurista, pedagogo y americanista Rafael Altamira y su esposa, Pilar Redondo, desde la ciudad de México hasta El Campello, donde reposan ya en el Cementerio Municipal tras un solemne acto de inhumación que presidió el pasado febrero Su Majestad el Rey Felipe VI, el propio Juanjo Berenguer anunció que aquel hito histórico “en ningún caso es un punto y final, sino el inicio de un proyecto mucho más amplio para dar a conocer a todos los niveles la vida y el legado de Rafael Altamira, nuestro referente más internacional y sobresaliente en muchas disciplinas”.

Si la semana pasada se anunció que una institución cultural tan importante y prestigiosa como el Ateneo de Madrid se sumaba a la lista de colaboradores, el Ayuntamiento de El Campello anuncia hoy otra incorporación valiosísima y especialmente significativa: el Instituto Cervantes, una institución pública creada por España en 1991 para promover universalmente la enseñanza, el estudio y el uso del español y contribuir a la difusión de las culturas hispánicas en el exterior, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España.

El Instituto Cervantes colabora con prestigiosas instituciones tanto nacionales como internacionales, públicas y privadas, con el objeto de que los productos y servicios relacionados con el español se rijan por criterios de calidad y de fomentar el encuentro e intercambio de la cultura española y panhispánica con las otras culturas del mundo. Está presente en más de 100 ciudades de 54 países, a través de sus centros, aulas y extensiones, en los cinco continentes. Además, cuenta con dos sedes en España, la sede central de Madrid y la sede de Alcalá de Henares. Para el desarrollo de su gestión, cuenta con un total de 1.012 empleados, de los cuales 243 trabajan en España y 769 lo hacen en la red de centros repartidas por el resto del mundo.

INEQUÍVOCO APOYO

Y fue precisamente en la sede central de Madrid donde la semana pasada fue recibida por el presidente del Instituto, el poeta, crítico literario y ensayista Luis García Montero, una delegación del Ayuntamiento de El Campello integrada por el alcalde Juanjo Berenguer; la concejala de Cultura, Dorian Gomis, y la catedrática de la Universidad de Alicante Eva María Valero, integrada en el grupo de trabajo que perfila los actos a organizar y celebrar.

La primera de las sorpresas llegó cuando García Montero confirmó que estaba perfectamente informado de la repatriación a España de Rafael Altamira, de su inhumación en El Campello y del proyecto del ‘Año Altamira’.

La segunda gran noticia colmó todas las expectativas puestas en ese encuentro: el Instituto Cervantes aceptó sin dudarlo un segundo sumarse a esa lista de colaboradores, y su presidente ofreció sus instalaciones para organizar y acoger un evento de relieve, que se acordó celebrar en la primavera de 2026.

¿EL ANTECESOR?

Cada paso que da el Ayuntamiento de El Campello para sumar voluntades tiene pleno sentido. En este caso, se destacó que el 19 de abril de 1929, Rafael Altamira Crevea fue elegido presidente de la llamada “Liga Cervantina”, que bien podría considerarse antecesora de lo que con el tiempo fue el Instituto Cervantes. Los objetivos fundacionales, de hecho, coinciden plenamente.

Los primeros socios de honor nombrados por Altamira para integrar aquella “Liga Cervantina” fueron diplomáticos de países hispanoamericanos, y en artículos periodísticos publicados en la época se ve cómo el nacimiento de la Liga tiene como prioridad inicial la unión con los países de habla hispana.

En el caso del Instituto Cervantes, el Ayuntamiento de El Campello planteó a Luis García Montero un evento a tres bandas sobre Altamira, América y el idioma, en el que participarían historiadores, hispanistas e importantes representantes del mundo académico, cuyo listado está por concretar.

Se da la circunstancia, además, de que Rafael Altamira formó parte de la llamada “Unión de Profesores Universitarios Españoles en el Extranjero” (UPUEE), una de las organizaciones internacionales surgidas del exilio español, primero en Francia y posteriormente en América, principalmente en México.

Por si no fueran pocos estos antecedentes, Altamira escribió y publicó varios artículos sobre “El Quijote” de Miguel de Cervantes, el literato español más universal que da nombre al Instituto.

LIBRO Y CAJA DE LAS LETRAS

Pero la implicación del Instituto Cervantes, en general, y de su presidente Luis García Montero en particular, con el ambicioso proyecto que plantea el alcalde de El Campello, Juanjo Berenguer, va mucho más allá de organizar y acoger un evento de relieve.

García Montero ofreció, además, dos acciones concretas que sorprendieron muy gratamente a la delegación campellera reunida en su despacho de Madrid, en el majestuoso “Edificio de las Cariátides” del número 49 de la calle Alcalá.

La primera consiste en la edición (también para primavera de 2026), de un volumen de la serie “Los Galeotes”, puesta en marcha por el Instituto Cervantes en 2018 para rescatar textos perdidos, inéditos o de difícil acceso que se brindan al público. Se trata de reunir textos que ofrecen un panorama completo de la producción literaria en español: volúmenes de memorias, diarios, antologías, estudios, recopilaciones de artículos, obras de teatro de ayer y hoy y monografías sobre las artes y las letras. Esta colección quiere contribuir a divulgar obras maestras ocultas de escritores.

En este caso, el guante lo recogió la catedrática Eva Valero, entregada ya en cuerpo y alma en recopilar textos y trabajos inéditos a los que ha tenido acceso a lo largo de su carrera académica para dar contenido al volumen.

La segunda propuesta es, si cabe, más impactante todavía. En el sótano del histórico edificio, que fue sede en su día, sucesivamente, del Banco Español del Rio de la Plata, el Banco Central y el Banco Santander, se localiza una inmensa cámara acorazada con más de 1.800 cajas de seguridad, que el Instituto Cervantes reconvirtió en la llamada “Caja de las Letras”, un espacio único que cautiva porque muchos de esos espacios contienen objetos personales y documentos culturalmente relevantes, legados depositados en memoria de diversas figuras de reconocido prestigio.

Se trata de legados que tienen como objetivo conservar y promover el patrimonio cultural hispano. Allí tienen su “caja” Francisco de Ayala, Antoni Tàpies, Luis García Berlanga, Manuel Alexandre, Ana María Matute, Juan Marsé, Gabriel García Márquez, Antonio Buero Vallejo, Manuel de Falla, Antonio y Manuel Machado, Santiago Ramón y Cajal, Severo Ochoa, Miguel Delibes, Carmen Riera, Miguel de Unamuno, Juan Ramón Jiménez, María Moliner, María Zambrano o José Luis Sampedro, por citar algunos de los cerca de 200 intelectuales o entidades vinculadas a la cultura.

Y allí, a partir de la próxima primavera, Rafael Altamira Crevea tendrá su caja, cuyo contenido se determinará cuando el alcalde, Juanjo Berenguer, plantee a la familia, universidades y otras instituciones la aportación de documentos u objetos relevantes.

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