Cultura

Ximo Puig ofrece el apoyo de la Generalitat la repatriación de los restos de Rafael Altamira

El president considera un “acto de justicia poética”

| Radio El Campello

Ximo Puig ofrece el apoyo de la Generalitat para lograr la repatriación desde México de los restos mortales de Rafael Altamira y de su esposa

El president considera un “acto de justicia poética” conseguir este objetivo y afirma que la Administración autonómica hará todo lo posible para alcanzarlo

Señala que el legado del humanista “evoca a aquella generación de hombres y mujeres de la Edad de Plata alicantina” y es constante “fuente de inspiración”

El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha mostrado el apoyo de la Generalitat a las gestiones par lograr la repatriación desde México de los restos mortales de Rafael Altamira y de su esposa, Pilar Redondo. Según ha señalado, la consecución de este objetivo será “un sueño hecha realidad” y, especialmente, “un acto de justicia poética”.

El president ha realizado estas declaraciones durante la clausura del pleno del Consell Valencià de Cultura, celebrado con carácter extraordinario en El Campello para homenajear al historiador Joaquín Santo, consejero de la institución fallecido recientemente, y mostrar el apoyo de este órgano consultivo de la Generalitat a la iniciativa del Ayuntamiento de esta localidad alicantina para traer a España los restos de Altamira y de su cónyuge.

“Contáis con todo el respaldo de la Generalitat en esta causa”, ha indicado el president, quien ha señalado que hará todo lo posible por lograrlo y se ha referido a las gestiones realizadas ante los cuerpos diplomáticos y los gobiernos tanto de España como de México, así como a un futuro viaje pendiente a este país, que tendrá también, entre sus cometidos, el de subrayar la importancia de la figura de Rafael Altamira.

Puig ha iniciado su intervención destacando la trayectoria de Joaquín Santo, de quien ha señalado que, en una sociedad como la actual, “en la que hay más monólogos que diálogo”, el historiador fue una “persona de diálogo” que merece el reconocimiento de la Generalitat y el suyo propio.

El president ha defendido además la vigencia del legado de Altamira, un recuerdo necesario que es “fuente de inspiración” constante y “evoca a aquella generación de hombres y mujeres de la Edad de Plata alicantina, una generación extraordinaria que aportó luz tras el desencanto de finales del siglo XIX”.

“Ventana al saber humanista”

Para Ximo Puig, la herencia de Altamira “es una ventana al saber humanista” por sus múltiples facetas, entre ellas, las de jurista, escritor, pensador, pacifista, historiador, pedagogo y crítico literario. El president ha recordado que Altamira consideraba que la justicia y la educación estaban en la base de la paz y la convivencia. “Así lo recordamos tras un año de guerra”, porque “sin justicia, no hay paz ni libertad”.

También se ha referido a la necesidad de revisar las propias convicciones cuando se confrontan con otras. “En un tiempo sobrado de verdades absolutas, ese es un bien preciado; la duda que denota humildad, la palabra que anticipa el acuerdo, la actitud que refleja respeto”. “Menos hogueras y más ágoras; ese es el espíritu de Altamira: la palabra”, ha añadido.

El president también ha hablado del Altamira comprometido con su comunidad, y su tiempo, el que preguntaba: “¿Qué has hecho tú por que tu patria sea mejor cada día, más rica, más culta, más trabajadora, más libre, más respetuosa con las leyes, más anhelosa de progresos, más llena de sentido humano?, una pregunta que, ha agregado Ximo Puig, interpela para “trabajar por la cohesión y el progreso”.

“Dicen que la frase más famosa de Kennedy tuvo su fuente en Altamira”, ha dicho Puig, en alusión a la cita célebre “No os preguntéis que puede hacer vuestro país por vosotros, preguntaos qué podéis hacer vosotros por vuestro país”, y ha tomado prestada otra frase del mandatario estadounidense, la que decía que “a una sociedad se la conoce no solo por los hombres que produce, sino también por las personas a las que rinde tributo”, para señalar que la iniciativa de solicitar la repatriación “retrata a El Campello: una tierra agradecida con ‘Rafelet’, la tierra donde Altamira merece descansar”.

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