Si el pasado 1 de marzo arrancaba la programación conmemorativa del #8M en El Campello, poniendo el foco en el liderazgo femenino, “Envejecer en femenino”, séptima actividad de la programación de la concejalía de Mujer e Igualdad, dirigida por la edil Mercé Pairó (Cs), se llevaba a cabo ayer centrando su atención en las mujeres, desde la perspectiva del envejecimiento.
Así, durante el taller, dirigido al alumnado de los cursos que imparte la concejalía de Tercera Edad, se ha puesto sobre la mesa cuestiones tan interesantes como la mayor longevidad de la mujer con respecto al hombre, en la Unión Europea, lo que determina la feminización del envejecimiento. Ante esta situación, si proteger a las personas mayores es de vital importancia, en el caso de las mujeres se requiere de un esfuerzo adicional ya que, además de la vulnerabilidad por razón de edad, han de hacer frente a la de género.
Pero además, todo lo relacionado con las enfermedades asociadas exclusivamente a la mujer o procesos como la “depresión del nido vacío” cuando dejan de criar a los hijos, por el rol de cuidadoras transmitido desde la infancia, lo que en muchos casos ha derivado en afecciones de la salud mental y estados severos de insatisfacción.
Este rol de mujer cuidadora, que en no pocas ocasiones acompaña hasta el final, dada la necesidad que muchas familias tienen en que los “abuelos” sean quienes se ocupen de los hijos, deviene en desatención de actividades de ocio o culturales, “hasta el punto de que, llegado el momento de tener ese tiempo para disfrutarlo, no saben cómo emplearlo”, explicaba la técnica de Igualdad, Mª José García.
Además, temas como la sexualidad en la mujer mayor o la percepción del cuerpo femenino en el proceso de envejecimiento, en muchas ocasiones marcados por los estereotipos que marcan “como lo ideal”, el no aparentar la edad que se tiene. De hecho, no es el azar el que cuantifica cómo muy pocas mujeres con canas son protagonistas de spots televisivos.
Asimismo, la influencia de las desigualdades salariales y el trabajo de cuidadoras, en muchas ocasiones no retribuido o cotizado y que, mientras no desaparezcan, afectarán directamente en la calidad de vida de las mujeres mayores, pues sus pensiones siempre estarán por debajo de lo que debieran, marcando su vida hoy y, más si cabe, en un futuro en el que “per se”, con la mayoría de edad, su situación será de mayor vulnerabilidad.