7.600 libros que se han ido de las estanterías al suelo de diversas salas. En abril de 2015, la familia de Rosser Limiñana donó al Ayuntamiento de El Campello más de 7.643 libros y documentos audiovisuales, que se sumaron a los fondos de la biblioteca municipal. Aunque sí están catalogados y tuvieron una ubicación, lo cierto es que esas obras ya no se alojan en las estanterías y ningún usuario puede acceder a ellas.
La sala en la que se exponían llevaba por nombre los apellidos de la familia que donó la colección, Rosser Limiñana. Sin embargo, ahora esa sala vacía de libros alberga un despacho municipal. Según afirman desde gobierno campellero, «sí está prevista la exposición permanente de ese legado. Será en la sala de estudios, pero estamos a la espera de contar con presupuesto para panelar. Si no llega pronto, se echará mano del remanente de Tesorería para hacer la obra necesaria».
Por su parte, la familia Rosser Limiñana no tenía constancia de que la colección se hubiera retirado de su lugar habitual y, a preguntas de Alicante Plaza, ha respondido que el convenio firmado en 2015 con el Ayuntamiento establecía que la colección debía tener un sitio específico.
La colección está catalogada, por el trabajo que se llevó a cabo en la anterior legislatura, pero los libros están almacenados y fuera del uso público. Es por ello que el portavoz de Esquerra Unida, Pedro Mario Pardo, ha denunciado la situación, cargando contra «la irresponsabilidad» del equipo de Gobierno, «que se traduce en cientos de libros por el suelo, poniendo en riesgo la integridad de los mismos además de estar privándonos de poder utilizarlos».
El portavoz de izquierdas continúa explicando que «una de las primeras decisiones del PP al inicio de la legislatura fue la de reducir los espacios culturales de la biblioteca para convertirlos en despachos políticos. Esto fue lo que le ocurrió a la sala Rosser Limiñana, donde se encontraba esta importante colección catalogada, que ahora se ha convertido en despacho de la concejala de comercio, Mari Carmen Alemañ (PP)».
«Han pasado ya tres años y siguen los libros por los suelos», lamenta. Es por ello que desde EU exigen «que se tomen las medidas necesarias para que en los próximos meses esta colección de un enorme valor intrínseco y, a la vez, de gran interés desde el punto de vista bibliográfico, documental, cultural, artístico, histórico, patrimonial e incluso económico, esté en el lugar que merece y pueda ser disfrutada por todos y todas».